Abdomen Flashcards
(44 cards)
Principales proyecciones radiológicas
Densidades radiológicas:
- Densidad calcio del fémur.
- Densidad agua o partes blandas del psoas.
- Densidad aire del gas cólico. La densidad grasa se observa en las líneas que delimitan los contornos anatómicos.
Orden de estudio de una placa de abdomen
- Huesos
- Contornos de los tejidos blandos
- Calcificaciones y cuerpos extraños
- Líquido libre
- Gas abdominal
Huesos. Observaremos el esqueleto en orden descendente.
Contornos anatómicos:
- Borde hepático.
- Línea del psoas.
- Silueta renal.
- Líneas del flanco.
- Vejiga (no se ve por estar vacía).
Cálculos biliares. Suelen observarse como un anillo externo calcificado que rodea una zona más radiotransparente.
De la propia pared o de los cálculos biliares, aunque estos últimos no suelen visualizarse. También pueden encontrarse en el colédoco (coledocolitiasis) o en las asas intestinales (íleo biliar).
Vesícula de porcelana. La calcificación de la pared se conoce como vesícula de porcelana, y se identifica fácilmente por la imagen en densidad calcio que dibuja el contorno de la vesícula.
De la propia pared o de los cálculos biliares, aunque estos últimos no suelen visualizarse. También pueden encontrarse en el colédoco (coledocolitiasis) o en las asas intestinales (íleo biliar).
Calcificaciones pancreáticas. Aparecen como pequeñas y múltiples imágenes cálcicas, irregulares, localizadas a nivel de L1-L2.
El páncreas no es un órgano visible en la radiografía simple, pero es posible identificarlo cuando existen calcificaciones en su interior (recuerda que junto a una clínica sugestiva, la presencia de calcificaciones pancreáticas es diagnóstica de pancreatitis crónica).
Litiasis renal. Se observa el contorno del riñón izquierdo (flecha 1), en cuyo hilio se localiza un cálculo redondeado (flecha 2). También se observa el contorno hepático, las líneas de psoas y los flancos.
En los riñones podemos observar cálculos o calcificaciones parenquimatosas (nefrocalcinosis), aunque también pueden aparecer masas o quistes calcificados.
El 90% de los cálculos renales son radioopacos (los puros de ácido úrico o xantina son transparentes), pueden localizarse a cualquier nivel y adoptar cualquier forma, aunque suelen ser redondeados.
También pueden observarse cálculos a lo largo del recorrido de los uréteres o en la vejiga (litiasis ureterales y vesicales).
Litiasis urinarias: litiasis renal derecha (flecha 1), litiasis vesicales (flecha 2).
Se observan cartílagos costales calcificados (flecha 3).
En los riñones podemos observar cálculos o calcificaciones parenquimatosas (nefrocalcinosis), aunque también pueden aparecer masas o quistes calcificados.
El 90% de los cálculos renales son radioopacos (los puros de ácido úrico o xantina son transparentes), pueden localizarse a cualquier nivel y adoptar cualquier forma, aunque suelen ser redondeados.
También pueden observarse cálculos a lo largo del recorrido de los uréteres o en la vejiga (litiasis ureterales y vesicales).
Litiasis coraliforme. Cuando son grandes y ocupan toda la cavidad pielocalicial se denominan cálculos coraliformes (o en asta de ciervo) y suelen ser de etiología infecciosa (proteus y otros gérmenes desdobladores de urea).
En los riñones podemos observar cálculos o calcificaciones parenquimatosas (nefrocalcinosis), aunque también pueden aparecer masas o quistes calcificados.
El 90% de los cálculos renales son radioopacos (los puros de ácido úrico o xantina son transparentes), pueden localizarse a cualquier nivel y adoptar cualquier forma, aunque suelen ser redondeados.
También pueden observarse cálculos a lo largo del recorrido de los uréteres o en la vejiga (litiasis ureterales y vesicales).
Nefrocalcinosis. Múltiples calcificaciones de pequeño tamaño diseminadas por todo el parénquima renal, suele asociarse a estados de hipercalcemia o hipercalciuria, y puede aparecer asociada o no a cálculos.
Nefrocalcinosis muy intensa.
Aneurisma de aorta abdominal. Se observa una dilatación de la aorta con bordes calcificados. En su interior, un tubo protésico con densidad metálica.
Flebolito. Son paredes venosas calcificadas, y suelen localizarse en las zonas laterales de la pelvis.
Aunque no son clínicamente relevantes, pueden confundirse, por su localización con cálculos ureterales. Suelen tener un centro radiotransparente que los diferencia.
Apendicolito. Es un cálculo que ocupa la luz del apéndice, normalmente en fosa ilíaca derecha, y puede sugerir apendicitis en el diagnóstico de un dolor abdominal agudo.
Cuerpo extraño.
Se observa una imagen con densidad metal y forma de… ¡pila! Probablemente en el interior de un asa intestinal.
Cuerpo extraño.
Se observa una imagen con densidad y forma de… ¡Buzz Lightyear! Probablemente en el interior de un asa intestinal.
Gasa quirúrgica.
Es importante reconocer su presencia, abandonada en la intervención, ya que forman abscesos con gran morbimortalidad.
Se identifica por el hilo radioopaco que la caracteriza (flecha). La fila vertical de imágenes metálicas son grapas quirúrgicas.
Ascitis. Cuando hay gran cantidad de líquido, se ve una opacificación difusa del abdomen, se borran los contornos anatómicos, y las líneas de los flancos aparecen abombadas. Las asas intestinales aparecen desplazadas hacia el centro por el acúmulo de agua en los flancos.
Debemos sospechar líquido libre en el abdomen cuando las asas (el gas) aparezcan desplazadas hacia el medio. Observa también la ausencia de gas en la pelvis.
El líquido se acumula en las zonas más declives, como la pelvis (que se ve con una densidad homogénea), desplazando las asas intestinales.
Masa abdominal. Al contrario que en la ascitis, una masa abdominal desplaza el gas de las asas hacia los lados. En este caso un teratoma ocupando la mayor parte del abdomen desplaza las asas a la derecha.
La imagen cálcica en la pelvis (flecha 1) resultó ser un diente del teratoma. Incidentalmente se observa también una imagen cálcica en hipocondrio derecho compatible con litiasis biliar (flechas 2).
Neumatosis intestinalis. Aparece como colecciones localizadas y segmentarias (ya sean lineales o en burbujas), siguiendo el recorrido de la pared.
Gas intraparietal. La neumatosis intestinalis es la presencia de gas en la pared del intestino. En niños es patognomónica de la enterocolitis necrotizante, mientras que en adultos se relaciona con la isquemia mesentérica. Ante la duda, puede confirmarse con una TC con contraste intravenoso.
Neumoperitoneo en PA de tórax. El aire libre asciende y se sitúa entre el diafragma y el hígado.
El diafragma queda perfectamente dibujado por la presencia de gas a ambos lados (aire-líquido-aire).
Cuando el neumoperitoneo es importante, es posible visualizar algunos signos radiológicos clásicos, como el signo de Rigler o de la doble pared, producido por la presencia de aire a ambos lados de la pared intestinal (intra y extraluminal).
Neumoperitoneo en decúbito lateral izquierdo. El aire libre se observa entre el hígado y la pared costal (flecha 1). En esta imagen también se ve el signo de Rigler (flecha 2).
Signo de Rigler. En este importante neumoperitoneo se dibujan perfectamente ambas caras de la pared intestinal debido a la presencia de aire a ambos lados.