Luces de Bohemia Flashcards
(7 cards)
Contextualización
Ramón María del Valle-Inclán (1886 - 1936), dramaturgo, poeta y novelista español, pertenece a la Generación del 98, debido a su preocupación de la tragedia española. Rechaza a la burguesía y el mundo capitalista mediante posturas tradicionalistas que evolucionan a revolucionarias. Esta evolución se aprecia en su obra, pasa de un estilo modernista (sensorial, recargado y rítmico) a una literatura crítica (deformadora de la realidad y grotesco). Este progreso se percibe mediante cuatro ciclos que se intercalan: el ciclo modernista, mítico, de la farsa y del esperpento. Incluyen obras reconocidas como las Comedias bárbaras o Divinas palabras. El último estilo se caracteriza por la deformación de la realidad, la degradación de los personajes y el sarcasmo negro como herramienta para reflejar la España del inicio del XX. El estilo aparece definido por primera vez en el teatro Luces de Bohemia, en la escena XII. Publicada en 1920 y reeditada en 1924 (con nuevas escenas), sigue una noche de la vida de Max Estrella, poeta ciego, que recorre una capital degradada, mostrando la corrupción y la miseria española.
Temas
La estructura dramática de Luces de Bohemia se desarrolla mediante diversos temas recurrentes. Los principales pueden estar dividios en el tema de la crítica social, moral e intelectual.
El tema de la crítica social es presente en la obra, ya que esta tiene la intención de reflejar la sociedad española del inicio del siglo XX. Se denuncia la situación historicosocial mediante la crítica a los fondos de “reptiles”, utilizados para sobornar a los periodistas, que se le ofrece a Max. Además, se muestra un ambiente politicosocial conflictivo, marcado por manifestaciones tumultuosas que resultan en la muerte de inocentes. Zaratustra, dueño de la librería, describe a España como “una deformación de la civilización europea”. Como subtópico, se tratan las ideas religiosas de la época finisecular relacionadas con lo esotérico y teosófico con la intención de denunciar la religión española, iconoclasta, infantiloide y simplista que impide el progreso de la sociedad, comparado a la de Inglaterra, sin imágenes.
El tema moral engloba la denuncia de la miseria moral, la muerte y la ceguera de Max Estrella.
En primer lugar, la denuncia de la miseria moral y material se refleja mediante la corrupción política, el nepotismo, el repartimiento injusto de la riqueza y el desprecio social hacia el trabajo y la inteligencia.
La muerte se presenta como otro personaje, rasgo propio del esperpento, actuando como un pilar básico de la obra. Se alude constantemente al suicidio, desde la escena I, donde Max lo concibe como solución para escapar de una realidad que lo ahoga y en la escena final, donde dos mujeres se suicidan y se sugiere que son Madame Collet y Claudinita. También es un tema recurrente en las intervenciones, por ejemplo, durante la conversación entre Max y Rubén Darío en el Café Colón y en las reflexiones del Marqués de Bradomín. Finalmente, se nos presentan una serie de personajes que son víctimas inocentes: el preso catalán y el niño muerto (escena XI), Max (escena XII) y su esposa e hija al final de la obra (escena XV). Todas estas tragedias sirven para representar la falta de valores morales de los personajes que son ignorantes ante estas situaciones injustas.
La ceguera de Max permite la caracterización de la extremosidad del personaje, pero, sirve principalmente para mostrar que el poeta es un simple fantoche y sombra, que se encuentra más cerca de la oscuridad que de la luz.
El tema intelectual se adentra en el papel del artista en la sociedad y la vida bohemia en sus aspectos más heroicos y miserables. La bohemia es un estilo de vida, el bohemio se margina voluntariamente de la sociedad. Max representa al bohemio madrileño decadente e inadaptado a la sociedad del XX. Otro rasgo de la bohemia es la literaturización de la vida, la literatura forma parte de todos los aspectos de la vida del bohemio. Esto se refleja en la obra mediante las citas, alusiones y referencias literarias constantes en el habla de los personajes. Se rechaza el mundo oficial literario, el bohemio intenta ser reconocido al margen del ámbito literario establecido. Esto supone un rechazo hacia el realismo que supone el apodo “Don Benito el Garbancero” que se le otorga a Pérez Galdós en la obra. Además, Max denuncia a la Real Academia y se presenta como una víctima de la burocracia literaria. Finalmente, el bohemio tiene una actuación política que reacciona contra el orden establecido. El autor muestra esta postura mediante la crítica a la corrupción política y a los políticos de la época (Maura, García Prieto e incluso al monarca, Alfonso XIII, entre muchos más).
Personajes
Nos encontramos ante diversos personajes pertenecientes a distintos estratos sociales: personajes reales como Rubén Darío (anacronismo, ya que murió el 1916); personajes basados en personas reales, Max Estrella en Alejandro Sawa y el Marqués de Bradomín basado en el propio autor; personajes ficticios como la Pisa Bien o Pica-Lagartos; personajes aludidos como Maura, García Prieto o Romanones.
Los dos personajes principales son Max Estrella y Don Latino.
Max Estrella es un anciano poeta, ciego y alcohólico. Representa al bohemio madrileño del siglo XX. Es un héroe marginado, un inadaptado social, que se refugia en sus letras y sus conocimientos. Esto da fruto a su ironía culta, como modo de liberar su frustración. Crítica la sociedad española y empatiza con los oprimidos. Pese a ser ciego, es uno de los únicos que ve la verdadera situación española. Es quien define y explica por primera vez el estilo convertido en subgénero por Valle-Inclán: el esperpento. Busca la justicia, que nunca consigue, y su muerte simboliza la muerte de los idealistas.
Don Latino es la contrafigura de Max. Es un anciano asmático, dedicado a la novela por entregas. Es puramente esperpéntico, siendo cínico, desleal y un parásito. Incluso su lenguaje se adhiere al esperpento, con la alternación de los registros en un mismo momento de vulgar a culto y viceversa. Es un bohemio deshonesto y conformista, incapaz de unirse la lucha social y denunciar la injusticia, se conforma con la situación social.
Ambos personajes se completan entre si, son caras opuestos de la misma moneda.
Espacio
La obra se sitúa en los barrios bajos de Madrid. Es un drama itinerante, rompe la unidad de lugar, típico de las obras con tono sarcástico. De forma que, nos encontramos ante espacios abiertos y cerrados.
Los espacios abiertos transcurren en las calles de la capital. Permiten establecer el ambiente político, de los enfrentamientos obreros contra el orden público. Son el lugar donde suceden algunas de las escenas imprescindibles: la muerte del niño inocente, del preso catalán y de Max Estrella. Además, se aluden calles reales de Madrid (el callejón del Gato, el viaducto, la Puerta del Sol) para conseguir la verosimilitud.
Los espacios cerrados (la buñolería Modernista, el café Colón, la redacción del periódico, la celda, la librería de Zaratustra…) son ambientes antiguos, degradados, sucios, que evocan la muerte. El autor se desprende de las descripciones minuciosas, típicas del realismo, a favor de la evocación de los sentidos mediante rasgos modernistas. En estos espacios, vemos que sucede la mayor parte de la acción.
La luz es un elemento esencial y simbólico del relato. Hay una falta evidente de la luz natural: de la escena I a la XII, el tiempo transcurre del crepúsculo al amanecer; de la escena XIII a la XV, nos situamos en el atardecer del siguiente día. Por lo tanto, abundan luces artificiales: de acetileno, farolas, candilejas… sombrías, tenebrosas y oscuras. Convirtiendo a los personajes en sombras, simbolizando su degradación y miseria en la sociedad española del inicio del siglo XX.
Tiempo
El tiempo dramático cumple la unidad temporal, el relato se desarrolla en menos de 24 horas: de la escena I a la XII, va del crepúsculo al amanecer y, con un salto temporal, del XIII al XV, se sigue en el atardecer del día siguiente.
Por lo tanto, en las doce primeras escenas se sigue un tiempo lineal y sucesivo, exceptuando dos rupturas temporales, en las que transcurren acciones simultáneas en diferentes escenas. En primer lugar, cuando Max es arrestado, en la escena VI se nos muestra él en la celda, mientras que, en la VII, observamos a Don Latino y los modernistas en la redacción del periódico intentando liberarlo. En segundo lugar, al final de la escena VII, Don Filiberto, jefe de la redacción, manda la orden de liberar a Max y, en la escena VIII, presenciamos cómo se recibe la orden en la Secretaria del Ministerio.
El tiempo externo se sitúa en la década de los años 1920. El tiempo dramático se contrasta y condensa con un tiempo histórico amplio, mediante la alusión a los sucesos más importantes del inicio del siglo XX: la pérdida de las colonias (1898), la Semana Trágica (1909), la dimisión de Maura (1909), la revolución rusa (1917), la Ley de Fugas (1915 - 1922), que permitía a los guardias abrir fuego sobre detenidos que intentaban huir. Con esto, el autor pretende conseguir un relato verosímil y un cúmulo de cuestiones que exponen la decadencia española. Además, se aprecian anacronismos intencionados para reforzar la deformación de la realidad (por ejemplo, Rubén Darío aparece en la obra, pero, realmente murió el 1916).
Esperpento
El esperpento es una estética sistemáticamente deformadora.
Ante una época conflictiva, caracterizada por el Desastre del 98, la Semana Trágica, la Gran Guerra, la Revolución Rusa y los enfrentamientos obreros, Valle-Inclán pretende reflejar la realidad que le toca vivir. Realiza una distorsión de la imagen de la realidad, captura lo grotesco y lo absurdo, expone una crítica negra. Es el primero en definir y establecer como subgénero literario al esperpento.
La definición del estilo se da por primera vez en la obra Luces de Bohemia, en la escena XII. Max Estrella y Don Latino discuten la necesidad de una estética deformadora que capture la esencia de la miseria española. Con esto, Max define y nombra al esperpento, estableciendo su origen en Goya y declarando a los héroes clásicos haber pasado por los espejos cóncavos del callejón del Gato.
Los rasgos principales del estilo implican la libertad de forma, en prosa o verso, y la deformación sistemática de la realidad para destacar lo absurdo de la sociedad. Se sugiere un tono tragicómico que implica una crítica política y social. Se trata de un estilo innovador, que utiliza un lenguaje rico en metáforas y simbolismos. La muerte actúa como el personaje principal y nos encontramos ante la animalización, muñequización y cosificación de los personajes. El uso de espejos, luces y sombras refuerza el retorcimiento de la realidad junto con las características lingüísticas que suponen una alternación exagerada de los registros vulgares y cultos en el habla de los personajes.
El esperpento es el medio que permite al lector apreciar la absurdidad, la crueldad y autenticidad de la realidad española del inicio del s. XX.
Los rasgos del teatro de Valle-Inclán (estilo)
Los temas tratados implican el papel del artista en la sociedad y la denuncia social o política, tratando la corrupción política, la religiosidad vacía o la miseria del proletariado, entre muchas más cuestiones. La presencia de la muerte es constante. Los personajes pertenecen a los diferentes estratos sociales y son sistemáticamente deformados mediante la animalización, la muñequización, la cosificación y el uso de diminutivos, nombres y apodos esperpénticos. Se combina lo grotesco con lo absurdo. Nos encontramos ante espacios y ambientes degradados, mal iluminados y sucios que evocan la muerte. La alternación exagerada entre registros vulgares y cultos en el habla de un mismo personaje, la crítica al lenguaje pretencioso (de voces griegas o latinas), las referencias históricas y literarias junto al uso de muletillas conllevan la esperpentización mediante el lenguaje. La literaturización supone las referencias, citas, alusiones y críticas literarias abundantes entre los personajes. Los intercambios rápidos en los diálogos son resultado de las frases cortas, las interrupciones, las exclamaciones, los imperativos y los insultos. Las acotaciones son marcadas por un estilo telegráfico, los rasgos modernistas (que evocan las sensaciones) e impresionistas y por el uso de bimembraciones, trimembraciones y enumeraciones.
