Urgencias Flashcards
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Por qué es fundamental el triaje en los servicios de urgencias pediátricas y qué elementos lo respaldan?
El triaje en urgencias pediátricas se refiere al proceso de ordenar o clasificar a los pacientes según la urgencia de su condición para asegurar que aquellos en situación más crítica reciban atención antes. Este procedimiento es esencial para el correcto funcionamiento de un Servicio de Urgencias, ya que organiza el flujo de pacientes y facilita que los más graves sean atendidos con rapidez.
El proceso de triaje suele realizarse en pocos minutos y con información limitada, por lo cual requiere de personal específicamente capacitado. Estos profesionales deben estar formados en la sistemática de clasificación, conocer el servicio, y poseer ciertas habilidades. Además, el triaje se apoya en una herramienta de clasificación validada (escalas de 5 niveles) y una estructura física y organizativa específica.
Qué aspectos se incluyen en la valoración inicial del triaje y qué papel juega el Triángulo de Evaluación Pediátrica?
El triaje incluye una valoración inicial del estado general del paciente (preferiblemente usando el Triángulo de Evaluación Pediátrica), una breve anamnesis que identifique el motivo de consulta prioritario, y factores de riesgo como edad o enfermedades previas.
También se consideran determinantes adicionales que pueden modificar la prioridad, como el dolor, constantes vitales y mecanismos de trauma.
La implementación de un sistema de triaje es un indicador de calidad en los servicios de urgencias, y debe ser parte fundamental de un servicio de urgencias hospitalario.
Cuáles son los requisitos para el personal que realiza triaje en pediatría y por qué es importante evitar el “infratriaje”?
Para realizar triaje en urgencias pediátricas, se necesita personal entrenado que idealmente sea de enfermería con experiencia, aunque en algunos centros puede ser realizado por médicos.
Los requisitos para el personal incluyen formación en urgencias, en el modelo específico de triaje del hospital, y experiencia mínima en el servicio.
En pediatría, el “infratriaje” (clasificar a un paciente en un nivel de urgencia inferior al necesario) es un problema recurrente, ya que los niños suelen ser evaluados en servicios de urgencias generales, donde el personal puede no estar tan familiarizado con la clasificación pediátrica.
Qué habilidades y capacidades adicionales se esperan de un profesional de triaje en pediatría, además de la formación técnica?
Además de la formación, el triaje pediátrico requiere de habilidades específicas, como actuar según principios bioéticos, tener habilidades de comunicación (empatía y respeto), y dominar la técnica de entrevista, ya que los niños pueden asustarse o no cooperar.
También es clave la capacidad para tomar decisiones bajo presión, liderazgo, trabajo en equipo, y asegurar la seguridad del paciente en todo momento.
Actualizar conocimientos regularmente sobre el sistema de triaje y conocer el plan de gestión de catástrofes son requisitos adicionales importantes.
Cuáles son las tareas principales del profesional de triaje en pediatría y qué papel desempeña el “gestor de triaje”?
El profesional de triaje en pediatría tiene múltiples tareas bajo presión, por lo que es ideal que este se dedique exclusivamente al triaje por un tiempo limitado (máximo de 4 horas por turno).
Sus funciones incluyen recibir a las familias, clasificar a los pacientes, ubicarlos en las áreas correspondientes, informar sobre tiempos de espera, reevaluar a los pacientes en la sala de espera, y recibir información sobre cualquier cambio en su estado clínico.
Además, el “gestor de triaje” es una figura de apoyo, generalmente un pediatra de urgencias, que ayuda en la organización y priorización de pacientes.
Cuáles son las características esenciales que debe cumplir una herramienta de triaje para ser eficaz en urgencias pediátricas?
El triaje en urgencias pediátricas requiere una herramienta de clasificación que sea validada y fiable, desarrollada sobre una base científica.
Esta herramienta debe permitir un lenguaje común entre todos los profesionales, facilitando el trabajo en equipo interdisciplinar. Además, debe ser sencilla, dinámica y de fácil uso, estar integrada en el sistema informático de los servicios de urgencias, y permitir la actualización periódica del sistema de clasificación.
Los sistemas de triaje también deben incorporar indicadores monitorizables que permitan evaluar y mejorar continuamente el modelo de triaje y el funcionamiento del servicio.
Cuáles son algunas de las escalas de triaje más comunes y qué característica tienen en común?
Existen varias escalas de triaje estructurado reconocidas a nivel internacional, cada una con cinco niveles de clasificación: ATS (Australia), CTAS (Canadá), MTS (Reino Unido), ESI (EE. UU.), y el SET (Sistema Español de Triaje) utilizado en España. Todas estas escalas incluyen una versión pediátrica o adaptaciones para pediatría, y aunque los resultados de validación en niños varían, ofrecen una estructura que permite clasificar la urgencia de los pacientes en función de sus síntomas y signos. La elección de una escala dependerá del centro de urgencias y de su adaptación a las necesidades locales.
Cómo se diferencian los cinco niveles de urgencia en términos de riesgo y tiempos de atención recomendados?
Los cinco niveles de urgencia, aunque varían en detalles entre escalas, siguen un esquema similar.
En el nivel I (resucitación), el paciente presenta un riesgo vital inmediato y requiere atención urgente.
El nivel II (emergencia) implica un alto riesgo y también necesita intervención rápida, generalmente antes de los 15 minutos.
En el nivel III (urgente), aunque no hay riesgo vital inmediato, el paciente puede requerir múltiples exploraciones o intervenciones terapéuticas en 30-60 minutos.
El nivel IV (menos urgente) puede requerir intervención, pero sin riesgo inmediato, mientras que el nivel V (no urgente) se asocia a condiciones que no representan un peligro y podrían ser atendidas en atención primaria.
Qué elementos de infraestructura son necesarios en el área de triaje para asegurar un funcionamiento adecuado y seguro?
La infraestructura física para el triaje debe incluir un espacio específico con comodidad, privacidad, y seguridad, idealmente de 6 a 9 metros cuadrados, bien equipado y con comunicación efectiva con el resto de áreas de urgencias. Este espacio debería situarse en la entrada del servicio de urgencias, con acceso directo a la sala de espera y al área de tratamiento. Además, el espacio debe contar con un equipo básico, como suministro de oxígeno, dispositivos para medir constantes vitales, y material sanitario para intervenciones rápidas, además de un sistema de comunicación adecuado para emergencias.
Por qué es importante que el proceso de triaje sea continuo y adaptable a las condiciones de alta demanda en urgencias?
El proceso de triaje combina la impresión inicial del estado del paciente, una breve anamnesis, hallazgos físicos y las constantes vitales, centrándose más en el estado actual del niño que en el diagnóstico específico.
Este proceso debe estar disponible 24 horas al día y realizarse inmediatamente al ingreso del paciente. Además, el triaje debe incluir una reevaluación periódica, ya que la condición del paciente puede cambiar mientras espera.
También es esencial que el proceso se adapte a situaciones de alta demanda, como epidemias o picos estacionales, permitiendo activar puntos de triaje adicionales o áreas de evaluación rápida.
Qué pasos y herramientas se utilizan en el triaje para evaluar la urgencia del estado de un niño en la fase de acogida?
Para realizar el triaje, el profesional debe seguir una serie de pasos flexibles que incluyen acogida, valoración inicial, anamnesis y observación física.
En la fase de acogida, se recibe al paciente y se hace una primera pregunta abierta para conocer el motivo de consulta y observar el componente emocional de la familia.
A continuación, se lleva a cabo una impresión general del estado del niño, que puede ser suficiente para determinar el nivel de urgencia.
Este primer contacto suele incluir una evaluación rápida del estado del paciente, utilizando herramientas como el Triángulo de Evaluación Pediátrica (TEP), una herramienta sencilla que permite valorar rápidamente el estado fisiopatológico del niño y definir la urgencia.
Por qué es fundamental realizar una anamnesis breve y evaluar los signos vitales en el triaje pediátrico?
La valoración clínica en el triaje incluye una breve anamnesis y un examen físico somero para identificar signos relevantes y guiar la clasificación de la urgencia.
La anamnesis se centra en el síntoma principal y recoge información sobre los antecedentes importantes, alergias, medicación y factores de riesgo críticos.
Los signos vitales, como la frecuencia cardíaca y la respiración, se evalúan de acuerdo con la edad del niño, ya que varían con el tiempo y pueden estar influidos por la ansiedad. También es importante valorar la intensidad del dolor, dado que este factor puede modificar el nivel de urgencia y facilitar un tratamiento más adecuado y temprano.
Cuáles son los pasos finales en el proceso de triaje y en qué consiste el triaje avanzado en urgencias pediátricas?
En la fase de despedida y clasificación, el profesional de triaje informa a los acompañantes del niño sobre el nivel de urgencia asignado, el tiempo aproximado de espera y los eventos que probablemente ocurrirán durante la estancia en urgencias.
A continuación, se registran los datos obtenidos y se asigna al paciente a un área específica según su nivel de urgencia. En algunos servicios de urgencias, el triaje avanzado permite realizar maniobras diagnósticas o terapéuticas antes de la atención médica completa, tales como la administración de antitérmicos, analgesia, sueros de rehidratación, inmovilización de fracturas o primeros auxilios para quemaduras.
Qué indicadores de calidad se emplean para evaluar la efectividad y seguridad del triaje en urgencias pediátricas?
El triaje en urgencias pediátricas debe cumplir con ciertos indicadores de calidad, como el tiempo de espera antes de la valoración inicial, la duración de la visita de triaje, y la adecuación del nivel de urgencia asignado.
Además, se debe analizar el porcentaje de sobretriaje e infratriaje, el tiempo de espera hasta la atención médica y la proporción de pacientes que abandonan el servicio sin ser atendidos.
Estos indicadores permiten monitorizar el funcionamiento del servicio y ajustar los recursos necesarios para asegurar una atención adecuada y eficiente, además de mejorar la satisfacción del usuario y reducir riesgos.
Por qué es importante identificar y tratar el dolor en los pacientes pediátricos en el proceso de triaje y qué estándar de tiempo se recomienda?
Entre los indicadores de calidad para el triaje pediátrico, se incluyen el tiempo pretriaje (tiempo entre la llegada del paciente y su primera valoración clínica) y el tratamiento precoz del dolor en los pacientes pediátricos.
La identificación y tratamiento del dolor son prioritarios, dado que este factor influye en la experiencia del paciente y en su confort. Se estima que, para cumplir con los estándares de calidad, el 90% de los pacientes que presentan dolor deben recibir tratamiento en los primeros 30 minutos de su llegada.
Además, la utilización de escalas de dolor adaptadas a la edad permite una mejor detección y cuantificación del dolor.
Qué objetivos persigue la atención inicial en las urgencias pediátricas y cuáles son los tres pilares fundamentales para el manejo de pacientes inestables?
La evaluación y manejo del niño en los servicios de urgencias pediátricas tienen unas características especiales respecto a la atención pediátrica general. La prioridad inicial es evaluar el estado fisiológico y determinar si son necesarias intervenciones rápidas de estabilización, relegando el diagnóstico final a un segundo plano.
Para pacientes inestables, la atención inicial debe seguir una secuencia clara de valoraciones y acciones, enfocadas en revertir rápidamente situaciones que puedan amenazar la vida. Los pilares fundamentales de esta atención incluyen el Triángulo de Evaluación Pediátrica (TEP), la secuencia ABCDE y reevaluaciones frecuentes.
Cuáles son los tres aspectos fundamentales del Triángulo de Evaluación Pediátrica (TEP) y qué indica una alteración en la apariencia?
El TEP es una herramienta de evaluación rápida que debe aplicarse a la llegada de cualquier niño al área de urgencias, tanto por el personal de triaje como por el médico. Es una valoración visual en la que no es necesario tocar al paciente, sólo observar su estado durante unos segundos.
El TEP se basa en tres aspectos fundamentales: apariencia, respiración y circulación. Un cambio en cualquiera de estos elementos indica inestabilidad. La apariencia refleja la perfusión y oxigenación cerebral y su alteración puede indicar problemas en el sistema nervioso central o causas metabólicas como hipoglucemia.
Qué observaciones respiratorias incluye el TEP y qué indican los sonidos como el ronquido, el estridor o las sibilancias?
La evaluación respiratoria en el TEP se centra en detectar posibles problemas en la ventilación y oxigenación del paciente. Se observan ruidos respiratorios patológicos como el gruñido, ronquido o estridor (sugieren obstrucción en la vía aérea alta), o sibilancias (indican obstrucción bronquial). Signos visuales incluyen tiraje, taquipnea y posturas anormales, como la posición de trípode.
Qué significados clínicos pueden tener la palidez, cianosis y piel moteada en el contexto del TEP?
La evaluación del componente circulatorio en el TEP se realiza observando la piel para detectar signos de perfusión inadecuada. La palidez puede indicar mala perfusión o anemia, mientras que la cianosis suele ser un signo tardío de shock o problemas respiratorios. La piel moteada también puede reflejar alteraciones circulatorias, aunque no debe confundirse con el cutis marmorata.
Cómo se clasifica a un paciente en el TEP y qué situaciones de emergencia pueden detectarse a partir de esta evaluación?
El propósito de la atención inicial en urgencias no es lograr un diagnóstico definitivo, sino determinar si el paciente necesita tratamientos inmediatos para mejorar su estado fisiológico. Si los tres lados del TEP están normales, el paciente se considera estable; con uno o más lados alterados, se clasifica como inestable. El TEP permite hacer un diagnóstico fisiopatológico inicial y definir posibles situaciones de emergencia como disfunción del SNC, dificultad respiratoria, insuficiencia respiratoria o shock.
Qué es la secuencia ABCDE en urgencias pediátricas y cómo debe estructurarse el trabajo del equipo en su aplicación?
Tras la valoración inicial con el TEP, la atención se organiza siguiendo la secuencia ABCDE (Vía Aérea, Ventilación, Circulación, Neurológico y Exposición). Esta secuencia establece el orden de prioridad de las intervenciones, no permitiendo avanzar al siguiente paso hasta resolver las alteraciones del paso actual. Cada equipo debe estar bien organizado, con tareas asignadas y un líder que coordine las acciones. Todo el equipo debe conocer la sistemática de trabajo y tener a disposición el material necesario.
Qué incluye la evaluación de la vía aérea en la secuencia ABCDE y cuáles son las principales maniobras para asegurar su permeabilidad?
La vía aérea es la prioridad absoluta en todo paciente, pues su fallo puede amenazar rápidamente la vida. La evaluación de la vía aérea implica observar sonidos respiratorios y movimientos del tórax. Las maniobras básicas incluyen posición neutra de la cabeza, frente-mentón o tracción mandibular en caso de trauma, además de la aspiración de secreciones. Si las maniobras no logran permeabilizar la vía, se recurre a dispositivos como cánulas o intubación traqueal.
Qué aspectos se evalúan en la ventilación dentro de la secuencia ABCDE y cuál es la limitación de la saturación de oxígeno en la valoración de la dificultad respiratoria?
En la ventilación se observa el patrón respiratorio y se ausculta en la línea axilar media. Se deben registrar la frecuencia respiratoria y la saturación de oxígeno; también se puede medir CO2 exhalado mediante capnometría o capnografía, útil en pacientes intubados o en respiración espontánea. La saturación de oxígeno no siempre correlaciona con el esfuerzo respiratorio; en casos de hipoxia severa o intoxicaciones, el valor puede ser engañoso.
Cuáles son los pasos en el manejo de la ventilación en pacientes con dificultad respiratoria y cuándo se debe considerar la ventilación asistida?
El manejo de la ventilación incluye la administración de oxígeno a alta concentración (mascarilla con reservorio) y tratamientos específicos según el caso, como broncodilatadores o corticoides para broncoespasmo, o punción torácica para neumotórax.
Si la ventilación espontánea no es suficiente, puede ser necesaria la ventilación asistida con bolsa autoinflable o intubación.
En estos casos, se recomienda colocar una sonda nasogástrica para evitar distensión gástrica.