TEMA 6 - El Régimen de la Restauración Flashcards
completo (2 cards)
El sistema canovista: la Constitución de 1876 y el turno de partidos. La oposición al sistema
6.1
En diciembre de 1874, el príncipe Alfonso publica desde Gran Bretaña el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas del Castillo, defendiendo el restablecimiento pacífico de la monarquía constitucional. Sin embargo, días después, el general Martínez Campos da un golpe de Estado y proclama rey a Alfonso XII y presidente a Cánovas. Las principales medidas adoptadas para la restauración borbónica fueron primero la aceptación de Alfonso XII como rey por los progresistas (creación del partido liberal de Sagasta, integrado en el sistema turnista), también la pacificación del país: fin de la tercera guerra carlista en 1876, que terminó con los fueros, además de la Paz de Zanjón de 1878 que puso fin a la primera guerra de Cuba. Otra medida fue la subordinación del Ejército al poder político bajo la autoridad directa del rey y la aprobación de la Constitución de 1876. Esta Constitución reconocía una soberanía compartida entre el rey y las Cortes (El rey tenía derecho a la elección del presidente, disolución de las Cortes y la sanción de leyes). Se reconocían los derechos individuales (propiedad, libertad de expresión). También recogía una confesionalidad cristiana del Estado, pero permitiendo la práctica privada de otros cultos. Las Cortes eran bicamerales; El congreso se elegía por sufragio y existían tres tipos de senadores; por derecho propio, vitalicios nombrados por el rey y los elegidos por instituciones. La Constitución también contaba con un Estado centralista (elección gubernamental de alcaldes en municipios con más de 6.000 vecinos.
Para acabar con la inestabilidad política y los pronunciamientos militares, inspirado en el sistema inglés, el partido conservador Cánovas (aristocracia y alta burguesía que apoyaban a Alfonso XII) y el partido liberal de Sagasta (respaldado por la burguesía y las clases medias) se alternaban pacíficamente en el Gobierno. Esto fue posible por el falseamiento del proceso electoral. Los líderes de los partidos negociaban el reparto de diputados (encasillado). Después, el ministro de Gobernación se encargaba de que los gobernantes provinciales y alcaldes obtuviesen los resultados pactados, recurriendo al caciquismo y al fraude electoral (pucherazo, alteración del censo).
Durante la primera etapa de la restauración (Reinado de Alfonso XII, 1874-1885), el sistema se asentó pacíficamente, pero la temprana muerte de Alfonso XII dejó un vacío de poder que podía ser aprovechado por carlistas y republicanos. Por ello, Cánovas y Sagasta firmaron el pacto de El Pardo, por el que se comprometían a respetar el turno de partidos y las leyes aprobadas en los respectivos gobiernos. Cánovas dimitió tras la muerte del rey y María Cristina de Habsburgo (ahora regente), entregó a Sagasta el Gobierno hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII, declarada en 1902 a los 16 años. Hasta entonces se dio un turnismo pacífico entre conservadores y liberales. Se dieron reformas políticas promovidas por Sagasta (Ley de Asociaciones, sufragio universal masculino). El partido conservador por su parte defendió el proteccionismo económico (Ley de Aranceles) y se dio el inicio de la guerra de Cuba, al rechazar Cánovas la aprobación de un proyecto liberal de la isla. Al ser Cánovas asesinado por un anarquista en 1897, Sagasta fue el último presidente de la Regencia, teniendo que hacer frente al desastre del 98.
Por el falseamiento del proceso electoral se excluía del sistema a carlistas, nacionalistas, obreristas y republicanos. El carlismo evolucionó por la creación de partidos tradicionalistas tras la Tercera Guerra Carlista, pero por las divisiones internas y el turnismo, fue poco a poco perdiendo fuerza. Los nacionalistas, opuestos a la uniformización cultural, defendieron su autonomía política (lengua, derechos e instituciones propias), apoyados por las clases bajas medias. El nacionalismo catalán, precedido por la Renaixença, fundó en 1901 la Lliga Regionalista (conservadora) que dominó hasta la fundación de la Esquerra Republicana de Catalunya. Por otro lado, Sabino Arana forma el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que defendía una Euskadi independiente. En el socialismo surgen el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879 y el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT, 1888). El anarquismo se desarrolló por el sur y este de España, dividido en dos corrientes: El anarcosindicalismo defendía la acción sindical que funda la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), y los grupos de acción directa, que apostaban por atentados directos contra políticos, militares y la Iglesia. Los republicanos que perdieron fuerzas tras el fracaso de la Primera República, las recobran con el descrédito del turnismo, las guerras coloniales y la crisis del 98.
Las guerras de Cubas, el conflicto bélico contra Estados Unidos y la crisis de 1898
6.2
Tras la pérdida de muchas de las colonias durante el reinado de Fernando VII, el Imperio Español se vio reducido a Puerto Rico, Cuba y Filipinas. Estas colonias se perdieron en 1898 debido al tardío implante de medidas reformadoras, el intervencionismo estadounidense y la falta española de aliados en Europa. La más importante de estas colonias fue Cuba, debido a su gran impacto en la economía española, a ser el principal suministro de materias baratas (café, azúcar) y garantizar el comercio exclusivo con España. Las guerras cubanas en un principio contaron con el apoyo de la opinión pública española, pero pronto perdió popularidad debido al gran gasto de vidas humanas y el clasismo del sistema, que permitía a las clases más pudientes evadir el servicio militar mediante pagos (redención).
El malestar de los cubanos debido a la esclavitud, política centralista y el monopolio comercial derivará endos conflictos armados .La Guerra Larga (1868-1878) acabó con la Paz de Zanjón alcanzada por el general Martínez Campos, por el cual se comprometía el Gobierno español a aumentar la libertad política de la isla y una progresiva abolición de la esclavitud, pero el incumplimiento de esto llevará a la Guerra Chiquita (1879-1880). En 1880, las Cortes aprobaron Ley de Abolición de la Esclavitud. No obstante debido al descuido de la oligarquía esclavista en la isla de los sucesivos gobernantes españoles, causará que se potencie el movimiento nacionalista cubano, que ya no reclamaba la autonomía política si no la independencia.
Así comenzó la Tercera Guerra de la Independencia Cubana, con el conocido Grito de Baire (1895). Tras el fracaso del general Martínez Campos de sofocar la insurrección, el general Weyler impuso una brutal política de represión basada en las reconcentraciones. Tras el asesinato de Cánovas en 1897, Sagasta cesó a Weyler y ofreció amplias libertades a las colonias que fueron rechazadas. Por otra parte, la guerra en Filipinas, que había comenzado en 1896 con la insurrección en la isla de Luzón, también había contado con una respuesta española represiva e ineficaz.
En febrero de 1898, el conflicto se decantó a favor de los insurgentes con la entrada de EEUU en la guerra. Los norteamericanos atribuyeron el hundimiento accidental del barco americano acorazado Maine a un ataque español para entrar en la guerra. En julio de ese mismo año los norteamericanos derrotaron a los españoles en Colinas de San Juan. Esta derrota, junto a la de Filipinas unos años antes (también los filipinos habían contado con ayuda norteamericana llevaron a Sagasta a firmar en diciembre de 1898, la Paz de París, lo que supuso la independencia de Puerto Rico, Cuba y Filipinas (convertidos ahora en protectorados estadounidenses) y la entrega de la isla de Guam (archipiélago de las Marianas a EEUU). Un año después, España vendió sus últimas posesiones, pequeños archipiélagos en el Pacífico a Alemania por su inviabilidad económica.
Todo esto supuso el conocido Desastre del 98, que provocó una profunda crisis en España. Económicamente, perdió todo el beneficio que le suponía el comercio exclusivo con las colonias y las materias primas baratas, que acentuaba el proteccionismo gubernamental en defensa del textil catalán y el cereal castellano. Un pequeño beneficio fue el repartimiento de todo el capital de los españoles que volvieron a la Península (se fundaron nuevos bancos). Políticamente se desacreditaron los partidos dinásticos y el ejército, y se adelantó la mayoría de edad de Alfonso XIII a 1902. España perdió importancia internacionalmente y lo trató de compensar con la colonización de Marruecos. Todo esto supuso una crisis de la identidad nacional española (reflejada en la Generación del 98 con Unamuno, Baroja, Maeztu…) También causó el nacimiento del regeneracionismo, corriente que proponía la liquidación del régimen caciquil de la restauración, supuesto culpable de la decadencia de España.