Patriarcado Flashcards
(17 cards)
¿Qué permite analizar el concepto de Patriarcado?
El concepto de patriarcado permite analizar las formas históricas, sociales y simbólicas de
la dominación masculina y las relaciones de poder que subordinan a las mujeres. En el
marco del feminismo marxista, este concepto se convierte en una herramienta teórica para
vincular las formas de opresión de las mujeres con los modos de producción y las
estructuras sociales. El patriarcado no se limita a describir una situación de desigualdad,
sino que revela cómo esa desigualdad está organizada sistemáticamente en las
instituciones sociales como la familia, el trabajo, el parentesco, la sexualidad y la
subjetividad
Cuál es la unidad de análisis fundamental del patriarcado?
La unidad de análisis del patriarcado es la relación social entre los sexos, específicamente la
dominación estructural de los hombres sobre las mujeres. En algunos enfoques, como el de
Christine Delphy, esta unidad se ubica en la familia como modo de producción, mientras
que para otras autoras, como Mitchell o Hartmann, se amplía al conjunto de instituciones
sociales que configuran el poder masculino sobre las mujeres
Qué es un sistema de Sexo-Género?
Marx, Levi Strauss y Freud proporcionan instrumentos conceptuales que describen la parte de la vida social en la que reside la opresion de las mujeres aunque ninguno vio su trabajo bajo esta luz critica, a esta parte de la vida social Rubin la denomina SISTEMA DE SEXO, GENERO. Es el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y en el cual se satisfacen esas necesidades
humanas transformadas. Entonces Rubin propone investigar este sistema sexo/genero por la via de una lectura critica de estos tres autores, donde demuestra el fracado del marxismo clasico en la conceptualizacion de la opresión sexual, anuncia que tanto Freud como Levi reconocen profundamente el lugar de la sexualidad en la sociedad y las diferencia entre la experiencia social de los hombres y las mujeres. Toda sociedad tiene un sistema de sexo/genero desde el cual la materia prima biologica del sexo y de la procreacion humana son conformados por la intervencion humana y social y satisfechas en una forma convencional. Toda cultura tiene modos sistematicos de tratar el sexo, el genero y la
descendencia, estos modos son radicalmente de dos formas posibles:
● sexualmente igualitarias
● estratificando los géneros
El concepto de sexo/genero sugiere que la opresion no es inevitable, sino que es producto de las relaciones sociales que lo organizan.
Por qué tanto el patriarcado como el capitalismo son sistemas de explotación?
Tanto el patriarcado como el capitalismo son sistemas de explotación porque se basan en relaciones de poder desiguales que permiten que unos grupos se beneficien a costa del trabajo, el cuerpo y la vida de otros.
●El patriarcado explota principalmente a las mujeres y a las disidencias sexuales, al asignarles roles subordinados (como el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado) y al limitar su autonomía sobre sus cuerpos y decisiones.
●El capitalismo, por su parte, se sostiene en la explotación de la fuerza de trabajo, apropiándose del valor generado por los trabajadores y concentrando la riqueza en manos de unos pocos.
Ambos sistemas están entrelazados: el capitalismo se ha apoyado históricamente en el patriarcado para abaratar costos, delegando en las mujeres el trabajo de reproducción, crianza y cuidado sin pagar por ello. Silvia Federici, por ejemplo, muestra cómo el control sobre los cuerpos femeninos fue clave para el surgimiento del capitalismo moderno.
Por qué Rubin elige a estos tres pensadores para explicar analíticamente el sistema
Sexo-Género y cuál es la lectura crítica que hace de sus conclusiones?
- Marx y Engels aportan la mirada económica: Rubin toma su análisis sobre la opresión de las mujeres en el contexto de la propiedad privada y el surgimiento de la familia nuclear. Sin embargo, los critica porque reducen la opresión de género a la opresión económica, sin explicar adecuadamente por qué las mujeres fueron relegadas al ámbito doméstico incluso antes del capitalismo. Lévi-Strauss le brinda una base antropológica con su teoría del intercambio de mujeres como base del parentesco. Rubin cuestiona que naturalice la subordinación femenina como una constante cultural, al presentar el intercambio de mujeres como universal, ignorando las variaciones y el potencial de cambio en las estructuras sociales.
Freud, desde el psicoanálisis, permite explorar la formación del género a nivel individual. Rubin critica su enfoque por centrarse en una diferencia sexual fija y binaria, que termina reproduciendo la heteronormatividad sin espacio para
identidades de género más diversas.
En conjunto, Rubin usa sus marcos para mostrar cómo el género no es biológico ni natural, sino un sistema complejo de opresión que se construye culturalmente. Su lectura crítica los supera, proponiendo una teoría feminista del género como sistema político que debe ser desmontado.
- Marx y Engels aportan la mirada económica: Rubin toma su análisis sobre la opresión de las mujeres en el contexto de la propiedad privada y el surgimiento de la familia nuclear. Sin embargo, los critica porque reducen la opresión de género a la opresión económica, sin explicar adecuadamente por qué las mujeres fueron relegadas al ámbito doméstico incluso antes del capitalismo. Lévi-Strauss le brinda una base antropológica con su teoría del intercambio de mujeres como base del parentesco. Rubin cuestiona que naturalice la subordinación femenina como una constante cultural, al presentar el intercambio de mujeres como universal, ignorando las variaciones y el potencial de cambio en las estructuras sociales.
Cuál es el aporte de la teoría marxista sobre la lucha de clases y qué luces y sombras
arroja esta teoría sobre la explotación de las mujeres?
La teoría marxista sobre la lucha de clases aporta una comprensión estructural y económica de la opresión, identificando cómo las relaciones de producción (entre clase dominante y clase trabajadora) generan desigualdades materiales que sostienen sistemas de dominación. Este enfoque ha sido clave para entender la explotación de las mujeres en el contexto del capitalismo, especialmente en su papel dentro de la reproducción social
(trabajo doméstico, crianza, etc.).
Aportes (luces):
● Visibiliza la relación entre capitalismo y patriarcado, al mostrar cómo el sistema económico necesita del trabajo gratuito o mal remunerado de las mujeres para sostenerse.
● Identifica al hogar como un espacio de producción, donde las mujeres son fundamentales para reproducir la fuerza de trabajo (alimentar, cuidar, educar a futuros trabajadores).
● Explica la doble jornada: las mujeres trabajan dentro y fuera del hogar, enfrentando una doble explotación.
Críticas (sombras):
● Reducción economicista: la teoría marxista clásica tiende a subordinar la opresión de género a la lucha de clases, como si resolver la explotación laboral resolviera automáticamente la opresión patriarcal.
● Falta de análisis del patriarcado autónomo: no siempre reconoce que el patriarcado puede funcionar independiente del capitalismo y que existe en sistemas no capitalistas.
Androcentrismo: históricamente, muchas versiones del marxismo han ignorado las experiencias específicas de las mujeres, centrándose en el proletariado masculino como sujeto revolucionario.
Qué es un sistema de parentesco y qué relación tiene con el sistema Sexo-Género según
Rubin y Levi-Strauss?
Un sistema de parentesco es el conjunto de normas y estructuras sociales que organizan las relaciones entre personas emparentadas por sangre, matrimonio o alianza. Para Lévi-Strauss, el parentesco se basa en el intercambio de mujeres entre grupos de hombres, lo que asegura alianzas y la reproducción social. Este intercambio convierte a las mujeres en objetos de transacción, no en sujetos activos.
Desde una lectura crítica, Gayle Rubin retoma esta idea y señala que ese sistema no solo organiza la filiación, sino que institucionaliza la subordinación de las mujeres. Para Rubin, el parentesco no es neutro: es una forma de reproducción del sistema sexo-género, ya que define quién puede unirse con quién y bajo qué roles.
Rubin afirma que el sistema de parentesco:
Regula la sexualidad, imponiendo la heterosexualidad obligatoria. Distribuye roles de género, asignando a las mujeres el rol de esposas, madres o hijas pasivas. Naturaliza la diferencia sexual, aunque en realidad es una construcción cultural al servicio del patriarcado.
Qué implicancias tiene el tabú del incesto en la conformación de la familia y qué relación
tiene esto con la noción de poder productivo de Foucault?
El tabú del incesto, según Lévi-Strauss y retomado críticamente por Rubin, es una norma cultural que prohíbe las relaciones sexuales dentro de ciertos lazos de parentesco. Su función principal es obligar al intercambio de mujeres entre grupos, lo que permite crear alianzas y organizar el sistema de parentesco. Esta norma es crucial para la conformación de la familia tradicional, ya que delimita quién puede unirse con quién, estableciendo roles fijos y jerarquías de género.
Desde la perspectiva de Foucault, esto se relaciona con la noción de poder productivo: no se trata solo de prohibir o reprimir (como haría el poder tradicional), sino de producir sujetos, identidades y normas. El tabú del incesto, entonces, no solo impide ciertas uniones, sino que produce el modelo de familia normativa, la heterosexualidad
obligatoria, y las identidades de “padre” “madre”,,”hijo”, etc.
Rubin articula ambos enfoques al mostrar cómo el tabú del incesto:
●No solo reprime deseos, sino que produce estructuras sociales (familia, género,sexualidad).
Es parte de un sistema que naturaliza la subordinación de las mujeres, al regular su circulación y función reproductiva.● Funciona como un mecanismo disciplinador, que moldea cuerpos y afectos según la lógica patriarcal y heterosexual.
Diferencie género de identidad de género. ¿Qué es lo que hace la cultura y lo que oprime
el sistema social?
El género es una construcción cultural que regula las normas, comportamientos y roles
sociales atribuidos a los cuerpos leídos como “femeninos” o “masculinos”
. La identidad de
género, en cambio, refiere a la experiencia subjetiva e interna que cada persona tiene sobre
sí misma en relación a su género: sentirse mujer, hombre, ambos, ninguno, etc.
La cultura configura qué es lo posible o legible como “femenino” o “masculino” dentro de
un marco normativo, mientras que el sistema social –patriarcal, binario y heteronormativo–
oprime a quienes no se ajustan a esas configuraciones, disciplinando las identidades y
expresiones divergentes mediante mecanismos como la estigmatización o la patologización
Rubin afirma que el género es una construcción social que exacerba diferencias biológicas
mínimas, mientras que la identidad de género es el resultado de esa imposición cultural,
que asigna roles y rasgos específicos a cada sexo. La cultura produce esta división mediante
normas, lenguaje y simbolismo; el sistema social oprime cuando convierte esta asignación
en rígida, obligatoria y excluyente, negando cualquier variación o disidencia
Por qué la familia es la unidad político-económica? ¿Qué relación tiene esto con el
sistema sexo-género?
La familia cumple funciones de reproducción tanto biológica como social: transmite
valores, roles y posiciones dentro del sistema sexo-género. Rubin y Beechey coinciden en
que es el lugar donde se articula la reproducción del trabajo (crianza, cuidado, educación) y
también la del orden simbólico de géneros.
Dentro del patriarcado, la familia organiza la dominación masculina: es en ella donde las
mujeres son asignadas a posiciones de dependencia, cuidado y pasividad, legitimadas por el
discurso de lo natural. Es una institución clave para la transmisión y naturalización del
sistema sexo-género como una estructura que regula el deseo, la subjetividad y la
reproducción social
Según Rubin y Beechey, la familia es la unidad mínima visible del sistema patriarcal y
capitalista: es donde se reproduce la mano de obra, se transmiten roles de género y se
sostiene la estructura de clases sexuales. Rubin muestra cómo las uniones hombre-mujer son organizadas para asegurar la heterosexualidad obligatoria y la reproducción social,
convirtiendo al género en una herramienta de organización económica y política
Por qué Rubin plantea que Freud transforma una ley moral en científica?
Rubin señala que Freud, al teorizar sobre el complejo de Edipo y el desarrollo de la
feminidad, traslada al campo del saber una serie de normas culturales y morales vigentes
en su época. Por ejemplo, la asignación de pasividad a lo femenino o la idea de que la falta
de pene determina una posición de carencia.
Al naturalizar estas ideas como etapas universales del desarrollo psíquico, Freud convierte
normas sociales (leyes morales de la cultura patriarcal) en verdades científicas. Rubin
denuncia esta operación como una forma de encubrimiento ideológico que refuerza el
orden de género vigente
Rubin critica que el psicoanálisis, especialmente en Freud, transforma normas sociales
—como la heterosexualidad, la feminidad pasiva o la masculinidad activa— en verdades
universales “científicas”
, dejando de lado su carácter normativo. Así, el psicoanálisis no
cuestiona el sistema sexo-género, sino que lo reifica, haciendo pasar lo cultural por natural
Explique el concepto de series complementarias, relaciónelo con el de complejo de Edipo
y mencione las implicancias de este proceso con la conformación de la identidad de
género.
Las series complementarias de Freud explican que la neurosis no se produce por una única
causa, sino por la combinación de múltiples factores: constitución sexual infantil heredada,
traumas en la infancia, fijaciones libidinales, y reactivaciones posteriores.
Estas series se integran en el complejo de Edipo, donde se organiza la identidad de género
a partir del deseo y la identificación con los padres. El complejo estructura el pasaje hacia
la normatividad de género: el niño se identifica con el padre y reprime el deseo por la
madre; la niña, al no tener pene, se identifica con la madre desde la carencia. Este esquema,
según Rubin, impone jerarquías simbólicas y fija identidades de género como efectos de
procesos psíquicos mediados por el poder cultural
Las series complementarias en Freud explican cómo factores biológicos y experiencias
infantiles interactúan en la etiología de las neurosis. En el caso del Edipo, se produce una
identificación con el rol del mismo sexo y una represión del deseo incestuoso. Esto tiene
consecuencias directas en la identidad de género: las niñas deben “adaptarse” a su falta de
pene y asumir la feminidad como destino pasivo, mientras que los niños deben asumir la
masculinidad normativa para evitar la castración simbólica
Por qué para Rubin el psicoanálisis es una teoría feminista frustrada?
Para Gayle Rubin, el psicoanálisis es una teoría feminista frustrada porque, aunque tiene el potencial de explicar cómo se forma el género y cómo se interiorizan las normas sociales, termina reafirmando las mismas estructuras patriarcales que podría ayudar a
cuestionar.Rubin reconoce que el psicoanálisis, especialmente el freudiano, fue una de las primeras teorías en mostrar que la sexualidad y el género no son naturales, sino que se construyen a través de procesos psíquicos, relaciones familiares y mandatos culturales. En ese sentido, ofrece herramientas valiosas para pensar la formación de la identidad de género y los deseos. Pero, en lugar de usar ese análisis para subvertir el orden patriarcal, el psicoanálisis lo naturaliza.
Freud toma como modelo la familia heterosexual nuclear y lo convierte en una estructura universal del inconsciente. Así, conceptos como el complejo de Edipo o la diferencia sexual se presentan como inevitables y biológicamente fundados, cuando en realidad reflejan un orden social específico. Esto hace que la teoría pierda su potencial crítico: en vez de explicar cómo se reproduce la opresión de género, termina justificándola. Por eso Rubin afirma que el psicoanálisis quiso ser una teoría feminista, pero fracasó al no cuestionar sus propios supuestos heteronormativos y androcéntricos. Fue frustrado porque llegó hasta la puerta del análisis del género como construcción, pero no se animó a atravesarla.
Cuál es el argumento a partir del cual se da la “envidia del pene”?
El argumento de la “envidia del pene” surge desde el psicoanálisis freudiano, que plantea que la niña, al darse cuenta de que no posee pene, lo interpreta como una pérdida o una castración. Esta percepción la lleva a desarrollar una sensación de carencia frente al varón, lo que Freud denomina “envidia del pene”. Según el texto, esta teoría no solo se limita a una lectura anatómica, sino que se articula con un modelo simbólico de poder patriarcal. El pene, en este sentido, no es solo un órgano, sino que representa el poder, el privilegio y el acceso a la ley y a la cultura. Así,
la envidia del pene es una metáfora de la exclusión femenina del orden simbólico dominante, en el cual lo masculino es el modelo universal.
Analice las implicancias socio-antropológicas de la frase: “La teoría del complejo de
castración hace desempeñar simbólicamente al órgano masculino un papel dominante a
partir del cual su ausencia o presencia transforma y clasifica a los individuos en sujetos
sexuales.
”
Esta frase revela cómo el falo se erige como significante privilegiado en la construcción de
las identidades sexuales. La presencia o ausencia de pene no se limita a una diferencia
anatómica, sino que se convierte en una marca simbólica que ordena jerárquicamente las
posiciones de género: activo/pasivo, completo/faltante, dominante/subordinado.
Desde un enfoque socio-antropológico (como el de Rubin), esta simbolización naturaliza la
subordinación de lo femenino, y vincula la anatomía con una estructura de poder. Se
produce así un régimen discursivo que clasifica a los sujetos en función de su conformidad
con un ideal masculino central
Esta frase señala que el falo adquiere un valor simbólico de poder y autoridad,
determinando subjetividades: tenerlo implica ser sujeto activo y deseante, carecer de él
implica pasividad, falta y subordinación. Así, se establece una jerarquía sexual que legitima
la dominación masculina y clasifica a los individuos según su relación con ese símbolo.
Rubin advierte que esta lógica reproduce desigualdades sociales disfrazadas de estructuras
psíquicas universales
Cuáles son los tres caminos posibles de la mujer en la cultura occidental desde el
psicoanálisis?
Freud plantea que, ante la experiencia edípica y la castración simbólica, la mujer tiene tres
salidas posibles:
1. Enloquecer: negar la sexualidad y devenir asexual.
2. Protestar: invertir el deseo, sosteniendo posiciones masculinas (homosexualidad o
identificación viril).
3. Aceptar: asumir una posición femenina pasiva y ajustarse a la “normalidad” cultural.
Rubin ve en estas opciones un reflejo de la violencia simbólica con la que la cultura
obliga a las mujeres a reprimir su deseo o resignarse a un modelo construido desde
la falta
Rubin, retomando a Lacan, identifica tres alternativas: (1) Enloquecer, reprimiendo
completamente la sexualidad (histeria o asexualidad); (2) Protestar, a través de la
homosexualidad o el narcisismo; (3) Aceptar, sometiéndose a la feminidad normativa y
reprimiendo el deseo. Estas salidas no son elecciones libres, sino respuestas psíquicas ante
una estructura que violenta la constitución del deseo femenino desde la infancia
Analice la siguiente conclusión de Rubin: “El feminismo debería entonces tratar de
resolver la crisis edípica de la cultura reorganizando el campo del sexo y el género de
modo que la experiencia ‘edípica’ sea menos destructiva.
”
Analice la siguiente conclusión de Rubin: “El feminismo debería entonces tratar de
resolver la crisis edípica de la cultura reorganizando el campo del sexo y el género de
modo que la experiencia ‘edípica’ sea menos destructiva.
”
Rubin sugiere que la cultura, organizada en torno al complejo de Edipo, produce
subjetividades mediante un dispositivo de poder que impone roles de género, sexualidades
normativas y jerarquías simbólicas. Esta configuración edípica es destructiva porque obliga
a las mujeres (y a disidencias) a internalizar la carencia, la pasividad y la subordinación.
Reorganizar el campo del sexo y el género implica desnaturalizar los destinos sexuales,
disolver la centralidad del falo y habilitar nuevas formas de relación y subjetividad no
sujetas al binarismo. El feminismo, entonces, debe intervenir en el inconsciente cultural
para abrir posibilidades más equitativas y menos represivas en el deseo y en la identidad
Rubin propone que el feminismo no debe desechar el psicoanálisis, sino reelaborarlo. Si el
Edipo describe cómo se impone la normatividad sexual y de género, entonces desarmar esa
estructura permitiría otras formas de subjetividad no binarias, menos opresivas. Resolver la
“crisis edípica” significa abrir nuevas posibilidades para el deseo, la identificación y la vida
en comunidad más allá del marco heterosexual patriarcal
