Winnicott, D. (1971) “Papel de espejo de la madre y la familia en el desarrollo del niño” En Realidad y Juego (cap. 9), Flashcards
(2 cards)
QUIEN ES EL PRECURSOR DEL ESPEJO?
Para Winnicott, el verdadero “precursor del espejo” no es el objeto de cristal sino el rostro materno. Durante las primeras etapas del desarrollo emocional, el bebé aún no distingue entre yo y no-yo; vive inserto en un ambiente del que la madre forma parte inseparable. A medida que ese entorno comienza a diferenciarse —y la madre pasa de ser un rasgo ambiental subjetivo a un objeto percibido objetivamente—, el niño explora con la mirada lo que lo rodea. Cuando fija sus ojos en el rostro materno, suele encontrarse con una imagen de sí mismo: la expresión de la madre refleja lo que ella ve en su hijo, devolviéndole una sensación de coherencia y continuidad del self.
por que no todas las madres reflejan bien?
Sin embargo, no todas las madres “reflejan bien”. Si en lugar de devolver la vivacidad del bebé la madre muestra sus propias tensiones, estados de ánimo o defensas rígidas, la experiencia de “verse” se fractura. El niño, al mirar y no encontrarse en ese rostro, afronta varias consecuencias:
-Se empieza a atrofiar su capacidad creadora y busca en derredor otras formas de conseguir que el ambiente les devuelva algo de sí.
-Se acomoda a la idea de que cuando mira, ve el rostro de la madre y este entonces no es un espejo.
-Si el rostro de la madre no responde, un espejo será entonces algo que se mira, no algo dentro de lo cual se mira.
De este modo, la calidad del reflejo materno se revela crucial para el surgimiento de una identidad propia y para la preservación del potencial creativo del niño.
